jueves, 7 de febrero de 2008

Malí


"cartel informativo", las papeleras llegan a Mopti



calabazas en el puerto
Mopti
Malí



mujeres de la familia
Ogodengu, Endé
País Dogón
Malí.


Hace siete años que pisé el Gran continente africano por primera vez y lo recuerdo como si fuera este momento presente, la sensación en la cara al bajarse del avión en Bamako la capital de Mali. Un calor en enero de noche que a cualquier blanco occidental lo descoloca y un olor intenso que jamás hubiera ni siquiera imaginado(y ese olor lo tengo guardado en mi cerebro.... esencia africana). Desde ese año hasta éste no he dejado de ir a oler los inviernos tórridos del Africa Occidental a si que mi biorritmo normal era estar en este momento tomándome un té malien con alguno de los vecinos o visitantes... o en las mesas del restaurante de las amigas.
Creo que entonces la sensación que tengo así como de que mi cuerpo me pide salir al aire, ponerme tirantes, usar las mejores chanclas de goma del mundo, despertarme antes del amanecer con la llamada a la oración, morirme de risa con alguna de las mujeres con la que compartir la tarde, pasar inmensos ratos de una soledad diferente. La soledad más profunda que he conocido y que tanto me ha enseñado a mirarme por dentro y a vencer el susto, salir de casa con un pañuelo siempre por aquello de cubrirse la cabeza en señal de respeto hacia los demás y hacia mí misma(el sol es mucho más fuerte que en este lado del mundo). Subirme a la terraza a ver la puesta de sol y el torbellino de gentes,carros,burros,cabras,niños,motos,bicis....mil y un colores juntos debajo del polvo que levanta el tumulto y dejarme poseer de esa sensación de estar en la esencia de la civilización.
Estas pequeñeces me hacen recordar que este año no voy a Malí y que no veré a mis amigas y amigos. Que los niños y las niñas que siguen ahí habrán crecido mucho y que los que no están no dejaron mucha huella más que un silencio y una mirada intensa de la madre que traga saliba y vive con normalidad sus pérdidas.
Africa me habla de paciencia,de dignidad,de alegría frente a la adversidad y de valores puros .De mezcla de ritual y modernidad que a alguna generación la está arrebatando de la pureza en busca del dinero que nos hemos empeñado en enseñarles los de esta parte del mundo que tanta falta hace...
Hay algunos viajeros y viajeras que dicen que hay un bichito africano que te pica al viajarla y te introduce el virus africano...ese que más nunca te abandona y hace que desses que tus pasos se dirijan al sur y tu mirada a lontananza....a los horizontes más lejanos y hermosos vistos por el ojo humano. Yo estoy de acuerdo con esos y esas viajeras y viajeros....tengo la fiebre del virus que se empeña en atacarme..
De ese enamoramiento con el Continente surgió una idea con ilusión y tesón y os invito desde aquí a que la echeis un ojo: www.yeredemeafrica.org .
besos vespertinos

7 comentarios:

Belén dijo...

Que envidia, siempre he querido ir a Africa... es mi asignatura pendiente :)

besos

Meiga en Alaska dijo...

Mali... y a mí que la vida no se decide a llevarme hasta allá... y ya son siete años carallo... ya me huele :)

Te quiero chula. Eres tremenda, por la labor que haces y por la pasión que le echas.

Muuuuuaaaaa

Paco Becerro dijo...

Yo llevo ya unos cuantos viajes a Africa, algunos a la zona más árabe, tipo marruecos, túnez, etc, y otros al africa más negra como Namibia.

En el blog he colgado una serie llamada miradas del perezoso, con cuatro ediciones, en las que se ven imágenes parecidas a las que tu cuentas.

Pero es impresionante la pobreza que se respira.
Y lo inmenso de los cielos, lo grande que es el cielo en africa...

besos

Abel Granda dijo...

Desde siempre me gusta ese espíritu abierto y viajero, que hace, a algunos nada más, ir a los sitios a abrirse, y no ver un espectáculo que les dará el sello de "viajados". Me gusta su actitud Irene, porque yo siempre he viajado así; no yendo a comparar, pretender corregir o dar ninguna buena nueva, ellos, los habitantes de otros mundos, tienen las suyas, y bien haremos en abrir ojos y orejas, a ver si se nos pega lo que de ellos hemos perdido en nuestro devenir de europeos consumados (y consumidos) en el estúpido arte de la prisa.

Unknown dijo...

a mi tambien me pico ese bichito africano...
no sé cuanto dura la infección ¿tiene cura?
me gusta la pasión contenida en tus palabras, a lo mejor Mali es peor que otros sitios, en cuanto a nivel infectivo, gente como tu con su entrega es la que me hace penar a veces que los humanos no somos todos tan malos...
unos besos sinceros

Madame Vaudeville (Chus Álvarez) dijo...

Increíble. Gracias por esa entrega y amor que desprendes en cada letra. Prometo visitar la página a la que nos enlazas, Ire. Besitos admirados

Mandarina azul dijo...

Hola, Irene. Encantada de haberte visitado, por la sinceridad y sensibilidad que desprende tu blog.
Con tu permiso, ¡volveré!

Un beso, Irene. :)